VIERNES SANTO
José de Arimatea, que era discípulo de Jesús en secreto, pidió a Pilatos autorización para retirar el cuerpo de Jesús y se lo concedió. Tomaron a Jesús, lo descendieron y con unas vendas con aromas de mirra y aloe lo envolvieron y lo llevaron a un sepulcro nuevo. Maria Magdalena y María la de Joset se fijaron donde lo colocaban para pasado el sábado, embalsamarle.
En la noche del Viernes Santo en Paterna procesionan las hermandades del Cristo de la Buena Muerte y Santo Entierro y la hermandad de la Soledad.
El paso del misterio lleva a Jesús en el Santo Entierro y la Virgen de la Soledad sin el palio y con la cruz y el sudario. El acompañamiento musical corre a cargo de sus respectivas agrupaciones, tanto la del Cristo como la de la Virgen.
Tras el Santo Entierro va la Virgen de la Soledad:
En su trono de plata repujada
con su candelaria, sus jarras y candelabros de cola
su saya bordada
con su toquilla a cuestas,
su manto negro aterciopelado
su corona de plata entera.
Tu pueblo entero se ilumina
ante tanto esplendor
todo el mundo maravillado
ante la Virgen de mayor dolor.
Los corazones se vuelcan
el cielo se abre
las estrellas afloran
viene el viento que también quiere verla.
El frío, las nubes se enloquecen
que sale la Virgen
que sale la Soledad.
cuando pasa la Patrona,
ánimo cargadores, mecedla
mecedla despacio, que no se mueva
que el tiempo no pase
que se quede aquí a mi vera,
que el calor de una madre
alimenta mi fuego interno,
con amor y con cariño
el pueblo entero te venera.
escucha de tu pueblo el clamor
que tu gente considera
a la Soledad la primera
paternera del dolor.
Soledad al verte tu cara
y respirar al paso tus olores
tu fragancia me embriaga
de mi corazón salen rosas de amores.
Tu pena Soledad
que tu hijo ha muerto,
lo viste morir en la cruz
tras Él vas sin consuelo.
Si el Cristo tuvo que morir
así estaba designado,
pero Jesús nos dejó
a Juan su discípulo amado
que te acompañará para siempre
y no se despegará de tu lado.
Soledad te recoges
tras pasear por tus calles
y volver a tu morada
que es el templo de Dios.
Soledad de ti me despido
pero solo es hasta luego
que como buen hijo a una madre
visita el año entero,
que no pase un día mi Virgen
sin ver a mi Madre, que la quiero
sin ver a mi Patrona, que venero
sin ver a la Soledad, mi amor verdadero.
RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
Tras oír el precioso canto de nuestro coro, en esa oración a la resurrección del Señor, que cada vez que oigo me llena de emoción, pasamos a relatar los hechos:
Era el primer día de la semana, María Magdalena de madrugada se dirigía hasta el sepulcro, cuando llega, todavía oscuro, ve la piedra quitada del sepulcro. Echó a correr a donde Simón Pedro y dijo: “se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.
Fueron varios discípulos y vieron el sepulcro vacío, las vendas en el suelo y el sudario que cubrió su cabeza plegado en un lugar aparte. Vieron y creyeron, entonces comprendieron la escritura “Jesús debía resucitar de entre los muertos”.
Estaba María llorando fuera junto al sepulcro. Y mientras lloraba se inclinó hacía el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies, y le preguntaron: Mujer ¿porqué lloras? Ella les respondió: “porque se han llevado al señor y no sé donde lo han puesto”. Se volvió y un hombre sin saber ella que era Jesús le preguntó: Mujer, ¿porqué lloras? Y después le dice: “María”. Ella le reconoció y Jesús le dijo “no me toques, todavía no he subido al Padre” “vete donde mis hermanos y diles, subo a Mi Padre y Vuestro Padre, a Mi Dios y Vuestro Dios”.
Al atardecer aquel día, el primero de la semana, se presentó a sus discípulos y les dijo:
“La paz con vosotros,
como el Padre me envió
también yo os envió”
Dicho esto sopló sobre ellos: “recibid el Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados les serán perdonados y a quienes se los retengáis le serán retenidos”.
¿Dónde está el Señor en nuestros días?
¿Dónde podemos encontrarlo?
¿Está aún entre nosotros?
Aparte de tus ministros de la Iglesia
cada día te reconozco en el pobre
cada día te veo en el necesitado
en el inmigrante, en el hermano,
en el amor, ese es el verdadero testimonio
el amor cristiano, de hermandad,
amor de verdad, de caridad.
Nosotros solos no podemos cambiar el mundo,
pero hagamos humildemente lo que esté en nuestra mano
y confiemos al Señor el resto.
Porque Dios es amor,
Nuestro Señor Jesucristo es amor
y el Espíritu Santo es amor.
¿Dónde te reconocemos hoy en día?
En nuestras madres, aquí en la Tierra
el amor sentido hacía la fuente que te ha dado la vida
el amor sentido a la mujer que te puso en el camino
el amor sentido a quien te enseñó los primeros pasos
el amor sentido a mi madre que me enseñó el amor.
Madres de Paterna representáis el Espíritu de la Virgen
que Maria Virgen de las Lágrimas
y María Virgen de la Soledad
extiendan su manto protector sobre nosotros
y nos den su bendición.
Y para terminar el pregón dedicar una “levantá” a Nuestro Padre, Jesús Nazareno, Nuestra Señora de las Lágrimas, Nuestro Cristo de la Buena Muerte, Nuestro Santo Entierro y a Nuestra Virgen de la Soledad:
AL CIELO CON ELLOS, AHÍ ESTAÉ.
He dicho.
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